DULCE PALIDEZ
En mis ojos
Siempre habitó un mar de arena
Por sus cuencas
Nunca me viste llorarte
Gritaba tu nombre
Ahogándome en la almohada
Para oírte cuando me llamabas
Los días posteriores
Fueron hojas arrancadas
Almanaque tras almanaque
Los años las cicatrices felices
De mi mejor nacimiento
El hoy todavía es una jornada
Sentada en tu regazo
Adivinando que decían
Las palmas de tus manos
Cuando me acariciabas
Hasta brotar cansancio
Y si aun crees que me debo
Un mañana
Imagínamelo
Luciendo la dulce palidez de tu cara
Guardando en un cuaderno remendado
Rabia vuelta fuego en el alma
Y navegando por un río de palabras
Que no acaba de secarse
Aunque mi corazón se quede flaco
Y poco aguerrido