OTROS FUEGOS, NUEVOS DAÑOS
Cada 14 de enero María Alana se consumía en un fuego ingobernable que ardía entrañas afuera, desde las primeras horas de la mañana. Sus piernas se resquebrajaban crepitando como un enjambre azuzado, se descascaraban envueltas en una humareda ennegrecida...